Casamayor tras la huellas de Gavilan...
No, nadie está tan loco como para establecer un rumbo ni medianamente comparable entre Kid Gavilan y Joel Casamayor; no, porque el Kid cubano esta considerado uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos y, en la división wélter, entre los cinco grandes; es decir, que junto a “Mantequilla”, Luis Manuel y Chocolate, la flor y nata del boxeo cubano. Pero hay que ser justos: durante los ultimos 20 años, el boxeador cubano que mas fuertes contrarios ha enfrentado es Casamayor y, en eso si esta tras la ruta del camagüeyano glorioso, porque durante su época de brillantez deportiva, periodo comprendido entre 1945 y 1955, Gavilán enfrentó lo mejor de las 147 1/2, incluyendo a algunos inmortales de peso ligero, al mismísimo Robinson dos veces y, a Bobo Olson, en el “saltico” que dio a la división mediana con resultado perdedor.
En el historial boxístico de Joel Casamayor aparecen enfrentamientos contra José Luis Castillo en el mejor momento de la carrera del mejicano; contra Acelino Freitas en una pelea en que yo no vi perder al Cepillo y menos con el “knock down” que solo vio el réferi Joe Cortés, sospechosamente acostumbrado "a penalizar" en contra de los cubanos; contra Diego Corrales y contra Juan Manuel Márquez, entre otros. Las matanzas, los baños de sangre y la perdida mas absoluta del virtuosismo defensivo a que acostumbran e imponen los mejicanos principalmente en Las Vegas, es parte de la decadencia del tiempo actual en el pugilismo profesional; por ejemplo, Robinson, que era una máquina homicida por la forma exacta y brutal como golpeaba y la elegancia como lo hacía, fue un virtuoso de la defensa y casi todos los boxeadores de su era y alrededores, hasta “Sugar” Ray Leonard y la plenitud de Roy Jones jr. mantenian un nivel de identificación de cada actuación con el “slogan” que plantea la esencia del pugilato: "el arte de dar y que no te den"; pero, repito, la academia de Pancho Rosales, Cuyo Hernández y, en estos tiempos, Quirartes, como que han establecido una dimensión extraña e inexacta de la significación del boxeo; deje fuera a Nacho Bristain porque, está más asimilado a la escuela americana y sus boxeadores son capaces de usar la inteligencia y la intuición en la mayoría de los casos.
Joel Casamayor tiene un antecedente en el profesionalismo cubano de antes: Orlando "Lagartija" Reyes; pero, Casamayor es mucho mejor que “Lagartija” en todos los sentidos: ambos exhibían un estilismo exagerado, que gusta poco y puede contribuir a hacer monótona y aburrida la pelea, pero con seguridad en lo que hacen; el defecto mayor de Casamayor, como el de todos los cubanos de estilo contaminado con la academa soviética, es que no usan el gancho, por lo que no son buenos en la pelea adentro y ninguno sabe hacer “wavings” o movimientos de torso inclinado evitando que el contrario tome puntería. Y, como casi todos los zurdos, el “Cepillo” usa poco el jab o lo usa fuera de distancia, exponiéndose a quedarse corto con la zurda directa y a recibir castigo sobre ese golpe que falla. El 4 de abril, en Austin, Texas, Joel Casamayor regresa al ring contra el michoacano Julio Díaz (36-4-26 nocauts) en las 135.00 libras, se habla de que Cepillo (36-4-1-22 nocauts), pretende una revancha contra Juan Manuel Márquez, lo que a Oscar de la Hoya, uno de sus apoderados, parece que le interesa también.
Yo en realidad no vi la pelea de Márquez contra Casamayor como un paseo del mejicano; sino que fue una pelea que el cubano llevó bastante pareja hasta poco antes de la debacle y, si concluyó con Márquez horizontalizándolo, fue porque entregó lo que era su principal ventaja ante el azteca, la inteligencia, cuando decidió entrar al terreno tentativo del intercambio en la corta sin dominar ese tipo de pelea, pero, sobre todo, porque ese es el espacio del mejicano en sentido general. Márquez es un boxeador al que hay que hacerlo atacar y contraboxearle y no al revés, porque es magnífico ripostando, yo creo que con la velocidad de Casamayor, sin dejarse arrinconar; entonces nadie sabe que pasaría, pero noquearlo, no lo volvería a hacer Márquez y, claro, yo no soy adivino y yerro bastante, pero quisiera ver una revancha a ver que pasa.
La pelea del día cuatro de abril contra el paisano de Juan Gabriel aparenta ser de trámite para un peleador de la clase y la experiencia del “Cepillo”; pero solo aparenta, tiene que tener cuidado y asegurarse, porque en peleas de este tipo, contra mejicanos y en Texas, si no aparece un sapo abajo de una piedra, al estilo Las Vegas, entre los jueces y el réferi, te lo ponen...Esa es la realidad.
No, nadie está tan loco como para establecer un rumbo ni medianamente comparable entre Kid Gavilan y Joel Casamayor; no, porque el Kid cubano esta considerado uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos y, en la división wélter, entre los cinco grandes; es decir, que junto a “Mantequilla”, Luis Manuel y Chocolate, la flor y nata del boxeo cubano. Pero hay que ser justos: durante los ultimos 20 años, el boxeador cubano que mas fuertes contrarios ha enfrentado es Casamayor y, en eso si esta tras la ruta del camagüeyano glorioso, porque durante su época de brillantez deportiva, periodo comprendido entre 1945 y 1955, Gavilán enfrentó lo mejor de las 147 1/2, incluyendo a algunos inmortales de peso ligero, al mismísimo Robinson dos veces y, a Bobo Olson, en el “saltico” que dio a la división mediana con resultado perdedor.
En el historial boxístico de Joel Casamayor aparecen enfrentamientos contra José Luis Castillo en el mejor momento de la carrera del mejicano; contra Acelino Freitas en una pelea en que yo no vi perder al Cepillo y menos con el “knock down” que solo vio el réferi Joe Cortés, sospechosamente acostumbrado "a penalizar" en contra de los cubanos; contra Diego Corrales y contra Juan Manuel Márquez, entre otros. Las matanzas, los baños de sangre y la perdida mas absoluta del virtuosismo defensivo a que acostumbran e imponen los mejicanos principalmente en Las Vegas, es parte de la decadencia del tiempo actual en el pugilismo profesional; por ejemplo, Robinson, que era una máquina homicida por la forma exacta y brutal como golpeaba y la elegancia como lo hacía, fue un virtuoso de la defensa y casi todos los boxeadores de su era y alrededores, hasta “Sugar” Ray Leonard y la plenitud de Roy Jones jr. mantenian un nivel de identificación de cada actuación con el “slogan” que plantea la esencia del pugilato: "el arte de dar y que no te den"; pero, repito, la academia de Pancho Rosales, Cuyo Hernández y, en estos tiempos, Quirartes, como que han establecido una dimensión extraña e inexacta de la significación del boxeo; deje fuera a Nacho Bristain porque, está más asimilado a la escuela americana y sus boxeadores son capaces de usar la inteligencia y la intuición en la mayoría de los casos.
Joel Casamayor tiene un antecedente en el profesionalismo cubano de antes: Orlando "Lagartija" Reyes; pero, Casamayor es mucho mejor que “Lagartija” en todos los sentidos: ambos exhibían un estilismo exagerado, que gusta poco y puede contribuir a hacer monótona y aburrida la pelea, pero con seguridad en lo que hacen; el defecto mayor de Casamayor, como el de todos los cubanos de estilo contaminado con la academa soviética, es que no usan el gancho, por lo que no son buenos en la pelea adentro y ninguno sabe hacer “wavings” o movimientos de torso inclinado evitando que el contrario tome puntería. Y, como casi todos los zurdos, el “Cepillo” usa poco el jab o lo usa fuera de distancia, exponiéndose a quedarse corto con la zurda directa y a recibir castigo sobre ese golpe que falla. El 4 de abril, en Austin, Texas, Joel Casamayor regresa al ring contra el michoacano Julio Díaz (36-4-26 nocauts) en las 135.00 libras, se habla de que Cepillo (36-4-1-22 nocauts), pretende una revancha contra Juan Manuel Márquez, lo que a Oscar de la Hoya, uno de sus apoderados, parece que le interesa también.
Yo en realidad no vi la pelea de Márquez contra Casamayor como un paseo del mejicano; sino que fue una pelea que el cubano llevó bastante pareja hasta poco antes de la debacle y, si concluyó con Márquez horizontalizándolo, fue porque entregó lo que era su principal ventaja ante el azteca, la inteligencia, cuando decidió entrar al terreno tentativo del intercambio en la corta sin dominar ese tipo de pelea, pero, sobre todo, porque ese es el espacio del mejicano en sentido general. Márquez es un boxeador al que hay que hacerlo atacar y contraboxearle y no al revés, porque es magnífico ripostando, yo creo que con la velocidad de Casamayor, sin dejarse arrinconar; entonces nadie sabe que pasaría, pero noquearlo, no lo volvería a hacer Márquez y, claro, yo no soy adivino y yerro bastante, pero quisiera ver una revancha a ver que pasa.
La pelea del día cuatro de abril contra el paisano de Juan Gabriel aparenta ser de trámite para un peleador de la clase y la experiencia del “Cepillo”; pero solo aparenta, tiene que tener cuidado y asegurarse, porque en peleas de este tipo, contra mejicanos y en Texas, si no aparece un sapo abajo de una piedra, al estilo Las Vegas, entre los jueces y el réferi, te lo ponen...Esa es la realidad.